WillyLobo escribió: ↑23 Sep 2020 13:50
Yo aquí tengo cierto dilema.
Las personas de mi alrededor interactúan conmigo muchas veces mediante esa "charla frívola". Mi forma de demostrarles amor es esforzarme por escucharles y participar de esa charla...
Se entiende mi dilema?
Hola!
Entiendo plenamente tu sensación de estar en un dilema.
La respuesta corta para este aparente problema es que no hay respuesta corta, y que todo se trata de un juego de malabarismo entre distintas metas y valores.
Mi respuesta larga, al menos tal como yo vivo este "dilema", consiste en tener en cuenta ciertas premisas para poder tomar la decisión más apropiada a cada momento (y esto aplica no solo al Recto Hablar, sino a elementos del Sendero que implican alguna decisión):
1)
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Todo acto (o más exactamente, toda intención) tiene consecuencias, tanto para mí mismo (principalmente, en la perpetuación o debilitación de los elementos relacionados con la intencionalidad) como para otros.
2)
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Toda intención está basada en objetivos (deseos) que buscan concretarse en un momento dado, y a su vez cada objetivo se fundamenta en la valorización de los elementos sobre los que se desea actuar (es decir, sobre los elementos sobre los que se inclina la intención).
3)
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No todos los valores son compatibles: por ejemplo tenemos el valor que damos la mayoría de buddhistas a la idea de la liberación de la insatisfacción, mientras que por otra parte tenemos muchos valores asociados a ciertas formas de vida del occidente capitalista: el valor de éxito, de la fama, de la fortuna, de la apariencia, de comprar, de viajar, de conocer, etc.
4)
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Al no haber total compatibilidad en todos los valores (y corresponde a cada persona informarse y evaluar esa posibilidad de compatibilidad), siempre tenemos que elegir, y nunca estamos libres de esa decisión, pues como dice Sartre, "estamos condenados a ser libres", lo que significa que siempre podemos ejercer nuestra facultad volitiva de decir "no". No podemos tener todo lo que queremos, pues algunas cosas que queremos se basan en condiciones contradictorias o llevan a consecuencias incompatibles. Otro asunto es que no lo sepamos o queramos ver así, lo que en gran cantidad de ocasiones ocurre por nuestra falta de atención, por poca reflexión, o por nuestros sesgos cognitivos de selección oportuna de evidencias o de confirmación de nuestras creencias.
5)
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Siempre es posible la modificación de nuestras valorizaciones (que vienen asignadas a estados emociononales, pues si no cumplo o no satisfago lo que considero valioso, sentiré emociones negativas: odio, rabia, tristeza, frustración, etc), lo que puede lograrse mediante la reflexión, la escucha a alguien más experto, la visión directa sobre ciertos fenómenos (tal como lo permite, por ejemplo, la práctica de los jhanas o la contemplación sobre ciertos elementos de la experiencia), la persistencia en mantener ciertas intenciones y en restringir otras, etc. Este cambio de valores es posible pues mediante las prácticas mencionadas agregamos información a nuestra mente que nos permite alterar nuestras nociones sobre lo que ya conocíamos o nos enseña algo no percibido antes.
6)
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Las relaciones con otros que incluyan apegos, preferencias y afectos emocionales fundamentados en los contaminantes del anhelo, la aversión y la ignorancia, siempre implicarán la posibilidad de roces, conflictos, frustración o insatisfacción. Esto es así, puesto que los otros son individuos con sus propias voluntades, experiencias, visiones de mundo y sistemas de valores y deseos. Esto tarde o temprano nos pone en la situación de no estar en perfecta armonía con ellos. Imaginémonos, además, que ya en la mayoría de nosotros se hallan contradicciones entre nuestros propios valores; ¿qué esperar con otros?
7)
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Muchas veces puede darse el caso de que, por honesta compasión, estemos alimentando en nosotros mismos y en otros factores que conducen a la perpetuación de la insatisfacción.
8)
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Tanto si tienes confianza en las enseñanzas del Buddha, como si has observado directamente ciertas percepciones, probablemente tendrás la creencia en que los valores del Dhamma parecen estar informados por conocimientos objetivos sobre la realidad y sobre la mente: si esto está, aquello surge; si esto deja de estar, aquello cesa. Este conocimiento sobre la condicionalidad de los fenómenos nos lleva a entender que para cultivar ciertos factores, ciertas intenciones, acciones y esfuerzos son compatibles con el desarrollo de ellos, mientras que otros no lo son, lo que parece no ser negociable; el cese de la valorización de los objetos sensoriales no se logrará mediante la valorización de los objetos sensoriales.
Teniendo todo lo anterior siempre presente (recordándolo, como nos sugiere el concepto de
sati), sabremos que no podremos librarnos de tener que decidir o de las consecuencias de cada acto. Pero que esto no sea visto como una "condena" en un sentido peyorativo; más bien, veo esa inevitabilidad como una oportunidad para tomar las riendas de nuestra situación interna, lo que muchos ni siquieran han considerado como una opción posible. Todo esto viene sintetizado en el primer verso del Dhammapada:
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1.- Los estados mentales están precedidos por la mente, liderados
por la mente, creados por la mente. Si uno habla o actúa con
mente impura, de aquí el sufrimiento lo sigue a uno como la
rueda [sigue] la pata [del buey] que tira [el carro].
2.- Los estados mentales están precedidos por la mente, liderados
por la mente, creados por la mente. Si uno habla o actúa con
mente pura, de aquí la felicidad lo sigue a uno como la sombra
que no se aparta.
[...]
7.- Al que vive contemplando lo placentero, incontrolado en los
sentidos e inmoderado en la comida, indolente, bajo el esfuerzo,
Mara de verdad, conquista a ése como el viento [derriba] al árbol
débil.
8.- Al que vive contemplando lo no placentero, bien controlado
en los sentidos y moderado en la comida, con fe, firme en
energía, Mara, de verdad, no conquista a ése como el viento [no
derriba] a la montaña de roca.
Mucho ánimo en tu camino; has tocado un punto que creo nos afecta a muchos en una u otra forma, y cuya solución no parece tan simple como podría pensarse (al menos, así lo percibo yo). Gracias por hacer esta pregunta.
Saludos!