Hola
@Ananda. No soy muy aficionado a los videos de divulgación científica (o, para el caso, budista) y menos cuando son de dibujos animados. No me gusta que me expliquen las cosas como a si fuese un niño, pero bueno, cada cual a lo que le tenga afición.
Lo primero que dice es más o menos lo que decía yo, si dividimos el problema llamado "conciencia" en problema difícil y problemas fáciles. Respecto al problema difícil dice que ningún científico tiene la más remota idea de cómo abordarlo, definirlo y operativizarlo. En cambio respecto al segundo, a los problemas "faciles" sí que vamos dando pasos. En el video explica, por ejemplo, la ventaja evolutiva que supone incorporar mejoras en la movilidad de un ser viviente, o incorporar nuevos sentidos con los que relacionarse con el mundo, o el valo práctico de la memoria y de la comunicación entre los seres vivientes. En estas cosas algo vamos aprendiendo y la neurocirugía, en conjunción con las ciencias de la computación, ha logrado (según otro video que acabo de ver en la sexta) que un tetrapléjico consiga andar e incluso subir escaleras, esto me parece maravilloso y loable, y desde luego mucho más útil y beneficiosos que gastar recursos económicos y humanos para monitorizar a Matthieu Ricard para sacar conclusiones banales.
Sin embargo, respecto al problema difícil, campo en el que hay que situar aquello que el Budismo designa como duhkha así como el camino que propone para liberarse de duhkha, no veo que la ciencia pueda aportar mucho (aparte de los analgésicos, como paliativos parciales a alguna forma de duhkha). Y bienvenidos sean esos analgésicos; me alegro de su existencia cuando, por ejemplo, me han de sacar una muela, analgésicos de los que nuestros tatarabuelos no disponían.
Por otra parte, lo que las ciencias van pudiendo operativizar es precisamente aquellos avances evolutivos, aquellos mecanismos (relativos al movimiento, al desarrollo de los sentidos, al desarrollo de la memoria, del lenguaje, de la comunicación, etc.) que sirven para optimizar la supervivencia de los seres vivientes; es decir, en término budistas, el deseo y la satisfacción del deseo (alimentario, sexual, la vivienda, la reproducción, la estima social dado que el ser humanos es social, etc.). Es decir aquello que, en lenguaje budista, podríamos llamar "seguir la corriente" (del mundo, de las cosas del mundo, del ir tras ellas y aferrarlas o destruirlas); esto lo va eplicando muy bien la ciencia, describiendo incluso los circuitos neurológicos que entran en juego. Sin embargo lo que el Buddha propone es precisamente "ir a contracorriente", es decir, hacer aquello que desde un punto de vista evolutivo podría incluso no tener sentido o no ser "deseable".
Este ir contracorriente, que no es solo Budista ni es solo religioso, es precisamente aquello de lo cual la Ciencia no puede dar cuenta completa en su propios términos (mecanismos, ecuaciones, algoritmos, modelos, etc.). La ciencia puede explicar qué pasa cuando tenemos hambre y qué mecanismos y estrategias (conscientes, inconscientes, extra-conscientes, es decir puramente fisiológicas, metabolicas, etc.) se activan cuando tenemos hambre, pero no explica cómo y porqué podemos "pasar" de esa hambre, no hacerle caso, preferirla a veces, en ciertos casos.
Veamos esto, que he llamado ir a contracorriente, explicado con las palabras de Ajahn Chah (
El sabor de la libertad, cap.
Abriendo el ojo del Dhamma)
Las enseñanzas del Buda son contracorriente, irritan. Lo que es superior a lo mundano va en contra de lo mundano. La visión correcta es opuesta a la visión incorrecta, pureza es opuesta a impureza. Las enseñanzas van en contra de
la corriente de nuestros deseos. Hay una historia en las escrituras sobre el Buda antes de que llegara a la iluminación. En aquel tiempo, habiendo recibido un plato de arroz lo dejó flotando sobre un pequeño río, haciendo una
determinación en su mente, “si voy a llegar a la iluminación, que este plato flote en contra de la corriente del agua”. ¡El plato flotó corriente arriba! Ese plato era la visión correcta del Buda, o la naturaleza‑Buda a la que despertó. No siguió los deseos de los seres ordinarios. Flotó en contra de la corriente de su mente, iba al contrario de todas las formas posibles.
Estos días, del mismo modo, las enseñanzas del Buda son contrarias a nuestros corazones. La gente quiere perderse en la codicia y el odio, pero el Buda no se los permite. Quieren vivir engañados pero el Buda destruye el espejismo. Entonces la mente del Buda es contraria a la de los seres mundanos. El mundo considera hermoso al cuerpo, él dice que no es hermoso. Ellos dicen que el cuerpo nos pertenece, él dice que no es así. Ellos dicen que es importante, él dice que no. La visión correcta está por encima del mundo. Los seres mundanos siguen meramente el flujo de la corriente.
Si queremos reducir el Budismo a la Ciencia, además de no entender la Ciencia, y para lo que puede servir, que es mucho, estamos intentando reducir el Budismo a un "analgésico", desconociendo el alcance y la meta del Budismo (que no es el de servir de analgésico, de paliativo del sufrimiento, sino liberarnos de duhkha).
