SN 1,20 Samiddhi Sutta
Esto he escuchado.
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en Rajagaha, en el Parque de los Termales. Entonces, el Venerable Samiddhi, habiéndose levantado a la luz del alba, se fue a los termales a bañarse. Habiéndose bañado en los termales, volvió y permaneció allí llevando únicamente una túnica para secarse.
Entonces, cuando la noche estaba avanzada, un cierto deva de maravillosa belleza se acercó al Venerable Samiddhi iluminando todo el Parque de los Termales. Habiéndose acercado, permaneció en medio del aire y habló al Venerable Samiddhi en verso:
¡Bhikkhu! Tú vas en busca de alimentos de la limosna sin haber disfrutado de los placeres sensuales.
No vayas en busca de alimentos de la limosna sin disfrutar de los placeres sensuales.
Bhikkhu, disfruta primero, luego busca a los alimentos de la limosna.
No permitas que el momento oportuno pase para ti.
No sé lo que el tiempo podría traer,
El tiempo está oculto y no puede ser visto,
Siendo así, voy en busca de alimentos de la limosna sin disfrutar,
No permito que el tiempo oportuno pase para mí.
Entonces el deva, sobrevoló el suelo y habló de esta manera al Venerable Samiddhi: “¡Oh Bhikkhu! Has abandonado tu hogar siendo demasiado joven. Un mozo de cabello oscuro, en los comienzos de tu juventud y en el primer período de tu vida, no has disfrutado aún de los placeres sensuales. Bhikkhu, disfruta primero de los placeres sensuales, no abandones aquello que es directamente visible para perseguir lo que lleva el tiempo”
“Amigo, yo no he abandonado aquello que es directamente visible para perseguir lo que lleva el tiempo. Yo he abandonado lo que lleva el tiempo para perseguir lo que es directamente visible. Ha sido proclamado por el Bienaventurado, amigo, que los placeres sensuales consumen el tiempo, están llenos de sufrimiento, llenos de desesperanza, y el peligro en existente en ellos, es aún mayor; mientras que el Dhamma es directamente visible, inmediato, invita a uno a venir y ver, aplicarlo y ser directamente experimentado por el sabio.”
“Pero, ¿cómo, bhikkhu, ha sido proclamado por el Bienaventurado, que los placeres sensuales consumen el tiempo, están llenos del sufrimiento, llenos de desesperanza, y el peligro en existente ellos, es aún mayor? ¿Cómo es que mientras tanto, el Dhamma es directamente visible, inmediato, invita a uno a venir y ver, aplicarlo y ser directamente experimentado por el sabio?”
“Yo soy recién ordenado, amigo, no hace mucho tiempo que he abandonado el hogar y recientemente llegué a este Dhamma y Disciplina. Pero el Bienaventurado, el Arahant, el perfectamente Iluminado, está morando en Rajagaha, en el Parque de los Termales. Acércate al Bienaventurado y pregúntale sobre este tema. Así como él te lo explique, así deberías recordarlo”
“No es fácil para nosotros, bhikkhu, acercarnos al Bienaventurado, ya que él está rodeado por otros devas de gran influencia. Si tú pudieses acercarte a él y preguntarle sobre este tema, nosotros podríamos venir también con él a fin de escuchar el Dhamma”.
“Muy bien, amigo”, respondió el Venerable Samiddhi. Después de lo cual, se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje y se sentó a un lado, relatándole todo lo sucedido.
[El Venerable Samiddhi repite al Buda todo lo sucedido agregando:] “Si lo que dijo este deva es cierto, venerable señor, entonces aquel deva debería estar muy cerca”.
Cuando esto fue dicho, aquel deva dijo al Venerable Samiddhi: “¡Pregunta bhikkhu! ¡Pregunta bhikkhu! Que yo he llegado”.
Entonces, el Bienaventurado se dirigió a aquel deva en verso:
Los seres que perciben lo que puede ser expresado,
Llegan a afirmarse en aquello que puede ser expresado.
La falta del entendimiento pleno de lo que puede ser expresado,
Les lleva debajo el yugo de la muerte.
Pero habiendo entendido plenamente lo que puede ser expresado,
Uno no concibe a ‘uno que expresa’.
Esto no existe para él,
Ni nada, mediante lo cual uno podría describirlo.
“Si lo entiendes, espíritu, dilo en voz alta”.
“No entiendo en detalle, venerable señor, aquello que ha sido expuesto en general por el Bienaventurado. Por favor, venerable señor, que el Bienaventurado me lo explique de tal forma que pueda entender en detalle lo que ha sido expuesto en general”.
[El Bienaventurado:]
Uno que concibe ‘yo soy igual, mejor o peor’,
Por este tipo de consideraciones, podría empeñarse en discusiones.
Pero uno que no se sacude por estas tres discriminaciones,
No piensa ‘yo soy igual, mejor o peor’.
“Si lo entiendes, espíritu, dilo en voz alta”.
“No entiendo en detalle, venerable señor, aquello que ha sido expuesto en general por el Bienaventurado. Por favor, venerable señor, que el Bienaventurado me lo explique de tal forma que pueda entender en detalle lo que ha sido expuesto en general”.
[El Bienaventurado:]
Al abandonar este cálculo, él no presume nada;
Corta la avidez de los nombres-y-formas.
Tanto los devas como humanos lo buscan
Aquí y más allá, en el cielo y en todas las moradas,
Ellos no encuentran a nadie que sabe cortar el nudo,
A uno imperturbable, libre de anhelo.
“Si lo entiendes, espíritu, dilo en voz alta”.
“No entiendo en detalle, venerable señor, aquello que ha sido expuesto en general por el Bienaventurado. Por favor, venerable señor, que el Bienaventurado me lo explique de tal forma que pueda entender en detalle lo que ha sido expuesto en general”.
[El Bienaventurado:]
Uno no debería obrar mal por nada en el mundo,
Ni con el habla, la mente o el cuerpo.
Habiendo abandonado los placeres sensuales,
Consciente y comprendiendo claramente,
Uno no debería perseguir el curso
De lo que es penoso y doloroso.
