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{220} “Imagina, Magandiya, a un hombre ciego de nacimiento que no puede ver formas oscuras ni claras, no puede ver formas azules, amarillas, rojas ni rosadas, no puede ver lo igual ni lo desigual, no puede ver las estrellas, el sol ni la luna. Él podría escuchar a un hombre con buena vista diciendo: ‘realmente, señores, es bueno este vestido blanco, hermoso, impecable y limpio’, y podría entonces ir en busca de aquel vestido blanco. Pero este hombre podría engañarlo con una sucia y mugrienta prenda de esta manera: ‘buen hombre, aquí tienes el vestido blanco para ti, hermoso, impecable y limpio’. Y el otro la aceptaría y se la pondría. Entonces sus amigos y compañeros, parientes cercanos y lejanos, podrían traerle a un médico para que lo tratara. El médico, podría preparar la medicina para él –eméticos y purgativos, ungüentos y pomadas, el tratamiento nasal- y gracias a esta medicina, en aquel hombre podría surgir la visión y podría purificarse. Al mismo tiempo en que surgiera en él la visión, su deseo e inclinación por esa sucia y mugrosa prenda estaría abandonado. Entonces, él se encendería indignado y enemistado en contra de aquel hombre y hasta podría pensar en matarlo de esta manera: ‘realmente, por largo tiempo he sido engañado, mentido y defraudado por este hombre con esta sucia y mugrosa prenda cuando me dijo «buen hombre, aquí tienes el vestido blanco para ti, hermoso, impecable y limpio.»’
[24] “De la misma manera, Magandiya, si yo te enseñara el Dhamma de esta manera: ‘esto es lo que es la salud y esto es lo que es el Nibbana’, podrías conocer la salud y ver el Nibbana. Al mismo tiempo en que surgiera en ti la visión, tu deseo e inclinación hacia los cinco componentes del apego [2] estarían abandonados. Entonces, quizá estarías pensando: ‘realmente, por largo tiempo he sido engañado, mentido y defraudado por esa mente, por cuanto me apegaba. Me he apegado a la forma material, me he apegado a la sensación, me he apegado a la percepción, me he apegado a las formaciones y me he apegado a los estados de consciencia. Con mi apego como condición, [surgió] la existencia; con la existencia como condición, el nacimiento; con el nacimiento como condición, la vejez y la muerte, la pena, el lamento, el dolor, la aflicción y la desesperanza llegaron a surgir. Éste es el origen de toda esta masa del sufrimiento’.”
[24] “De la misma manera, Magandiya, si yo te enseñara el Dhamma de esta manera: ‘esto es lo que es la salud y esto es lo que es el Nibbana’, podrías conocer la salud y ver el Nibbana. Al mismo tiempo en que surgiera en ti la visión, tu deseo e inclinación hacia los cinco componentes del apego [2] estarían abandonados. Entonces, quizá estarías pensando: ‘realmente, por largo tiempo he sido engañado, mentido y defraudado por esa mente, por cuanto me apegaba. Me he apegado a la forma material, me he apegado a la sensación, me he apegado a la percepción, me he apegado a las formaciones y me he apegado a los estados de consciencia. Con mi apego como condición, [surgió] la existencia; con la existencia como condición, el nacimiento; con el nacimiento como condición, la vejez y la muerte, la pena, el lamento, el dolor, la aflicción y la desesperanza llegaron a surgir. Éste es el origen de toda esta masa del sufrimiento’.”