Re: Nibbana y Parinibbana
Publicado: 19 Oct 2019 22:26
Finalmente un texto de Bhikkhu Bodhi:
1.13) El estado que sobreviene cuando la ignorancia y el anhelo profundo han sido arrancados de raíz se llama nibbāna (sánscrito, nirvāna) y ningún otro concepto en las enseñanzas del Buda es tan refractario a ser identificado conceptualmente como éste. En cierta manera, que sea tan esquivo era de esperar, ya que nibbāna se describe precisamente como “profundo, difícil de ver y difícil de entender…inalcanzable mediante el mero razonamiento” (M 26.19). Pero en este mismo pasaje el Buda también dice que es para ser experimentado por el sabio y en sus discursos da suficientes indicaciones de su naturaleza para transmitir alguna idea de su atractivo. el canon Pali ofrece suficiente evidencia para dejar de lado la opinión de algunos intérpretes de que nibbāna es mera aniquilación; y aun las visiones más sofisticadas de que nibbāna es solamente la destrucción de las impurezas y la extinción de la existencia no pueden sostenerse en pie al examinarlas. Probablemente el testimonio más convincente contra este punto de vista es el bien conocido pasaje del udāna que declara, con referencia a nibbāna, que “hay lo no nacido, no devenido, no creado, no condicionado”, cuya existencia hace posible “escapar de lo nacido, devenido, creado y condicionado” (ud. 8.3). El Majjhima nikāya caracteriza a nibbāna en forma similar. Es “Lo no nacido, sin edad, infalible, eterno, sin pena, incorrupto y supremamente seguro respecto al cautiverio”, que el Buda alcanzó en la noche de su Despertar (M 26.18). El Buda afirma su realidad preeminente cuando llama a nibbāna “la suprema fundación de la verdad”, cuya naturaleza está fuera del engaño y que tiene rango de suprema noble verdad (M 140.26). Nibbāna no puede ser percibido por aquellos que viven en la lujuria y el odio, pero puede ser visto con el surgir de la visión espiritual, y, fijando la mente sobre ella en las profundidades de la meditación, el discípulo puede alcanzar la destrucción de los efluentes (āsava, también usualmente traducida como ‘corrupciones’ o ‘manchas’) (M 26.19, M 75.24, M 64.9).
El Buda no dedica muchas palabras a la definición filosófica de nibbāna. Una razón es que, siendo nibbāna no condicionado, trascendente y supramundano, no se presta fácilmente a una definición en términos de conceptos que están de modo ineludible atados a lo condicionado, manifiesto y mundano. Otra razón es que el objetivo del Buda es de orden práctico, de liberar a los seres del sufrimiento, de modo que su acercamiento principal a la caracterización de nibbāna es para inspirar el incentivo de alcanzarlo y mostrar qué debe ser hecho para lograrlo. Para mostrar que nibbāna es deseable, como meta del esfuerzo, lo describe como el éxtasis más alto, como el estado de paz más sublime, eterno, libre de pena, y como la suprema seguridad respecto del cautiverio. Para mostrar lo que tiene que ser hecho para alcanzar nibbāna, para indicar que la meta implica una tarea definida, la describe como el aquietar de todas las formaciones (pensamientos activos), el abandono de todas las adquisiciones,la destrucción del ansia o anhelo profundo, el desapasionamiento (M 26.19). sobre todo, nibbāna es el cese del sufrimiento, y para aquellos que buscan el fin del sufrimiento esa denominación es suficiente para atraerlos al camino. Bhikkhu Bodhi, “Introducción al Majjhima Nikāya”, pp. 31-32. (Págs. 57-59).
1.13) El estado que sobreviene cuando la ignorancia y el anhelo profundo han sido arrancados de raíz se llama nibbāna (sánscrito, nirvāna) y ningún otro concepto en las enseñanzas del Buda es tan refractario a ser identificado conceptualmente como éste. En cierta manera, que sea tan esquivo era de esperar, ya que nibbāna se describe precisamente como “profundo, difícil de ver y difícil de entender…inalcanzable mediante el mero razonamiento” (M 26.19). Pero en este mismo pasaje el Buda también dice que es para ser experimentado por el sabio y en sus discursos da suficientes indicaciones de su naturaleza para transmitir alguna idea de su atractivo. el canon Pali ofrece suficiente evidencia para dejar de lado la opinión de algunos intérpretes de que nibbāna es mera aniquilación; y aun las visiones más sofisticadas de que nibbāna es solamente la destrucción de las impurezas y la extinción de la existencia no pueden sostenerse en pie al examinarlas. Probablemente el testimonio más convincente contra este punto de vista es el bien conocido pasaje del udāna que declara, con referencia a nibbāna, que “hay lo no nacido, no devenido, no creado, no condicionado”, cuya existencia hace posible “escapar de lo nacido, devenido, creado y condicionado” (ud. 8.3). El Majjhima nikāya caracteriza a nibbāna en forma similar. Es “Lo no nacido, sin edad, infalible, eterno, sin pena, incorrupto y supremamente seguro respecto al cautiverio”, que el Buda alcanzó en la noche de su Despertar (M 26.18). El Buda afirma su realidad preeminente cuando llama a nibbāna “la suprema fundación de la verdad”, cuya naturaleza está fuera del engaño y que tiene rango de suprema noble verdad (M 140.26). Nibbāna no puede ser percibido por aquellos que viven en la lujuria y el odio, pero puede ser visto con el surgir de la visión espiritual, y, fijando la mente sobre ella en las profundidades de la meditación, el discípulo puede alcanzar la destrucción de los efluentes (āsava, también usualmente traducida como ‘corrupciones’ o ‘manchas’) (M 26.19, M 75.24, M 64.9).
El Buda no dedica muchas palabras a la definición filosófica de nibbāna. Una razón es que, siendo nibbāna no condicionado, trascendente y supramundano, no se presta fácilmente a una definición en términos de conceptos que están de modo ineludible atados a lo condicionado, manifiesto y mundano. Otra razón es que el objetivo del Buda es de orden práctico, de liberar a los seres del sufrimiento, de modo que su acercamiento principal a la caracterización de nibbāna es para inspirar el incentivo de alcanzarlo y mostrar qué debe ser hecho para lograrlo. Para mostrar que nibbāna es deseable, como meta del esfuerzo, lo describe como el éxtasis más alto, como el estado de paz más sublime, eterno, libre de pena, y como la suprema seguridad respecto del cautiverio. Para mostrar lo que tiene que ser hecho para alcanzar nibbāna, para indicar que la meta implica una tarea definida, la describe como el aquietar de todas las formaciones (pensamientos activos), el abandono de todas las adquisiciones,la destrucción del ansia o anhelo profundo, el desapasionamiento (M 26.19). sobre todo, nibbāna es el cese del sufrimiento, y para aquellos que buscan el fin del sufrimiento esa denominación es suficiente para atraerlos al camino. Bhikkhu Bodhi, “Introducción al Majjhima Nikāya”, pp. 31-32. (Págs. 57-59).