Hola Ananda y Javier!
Que maravilla de aportes hacen mediante sus intercambios.
Gracias por ellos.
Creo que Javier ya ha indicado varias ideas que quizá podrían arrojar luz a la cuestión del regreso al samsara.
Quisiera plantear una visión desde la total ignorancia del Abhidhamma, y basándome en lo que hablábamos en el hilo de las ECM y el renacimiento.
No sé si sea correcto el planteamiento de "volver al samsara".
¿Cuándo "dejamos" de estar en él?
Tal vez sea útil considerar al samsara y al Nibbana como descripciones de la mente, tanto en su forma de interpretar la experiencia, como en cuanto a la presencia y ausencia de ciertos procesos y fenómenos (por ejemplo, sabiduría e ignorancia, respectivamente, con todos sus factores derivados). Hablar de samsara y Nibbana como lugares, aunque sea una metáfora, puede en ocasiones hacernos tomar la metáfora como algo real, lo que genera nuevos problemas.
Entendiendo samsara y Nibbana como caracterizaciones de estados de procesos y fenómenos mentales, podemos considerar además que los procesos mentales están condicionados y surgen a partir de la forma y el contenido de los discursos y acciones de las personas en sociedad. Por tanto, en el momento en que un nuevo ente es concebido, su biología se ve afectada por las formas sociales, culturales, discursivas y lingüísticas con las que llegue a interactuar; el ser que surgirá será la continuación de formas de vida pasadas. Mientras esas formas de vida no se erradican, la relación entre seres seguirá siendo un medio que permitirá la continuación de las tendencias pasadas.
Una de las tendencias que se mantiene vigente nacimiento tras nacimiento es la del apego, aferramiento e identificación con los cinco agregados. Recordemos, además, que todo lo que es nuestra experiencia puede reducirse a esos cinco agregados; nada experimentamos fuera de ellos; a partir de ello designamos aquello que llamamos "realidad". El apego surge, a su vez, por un anhelo hacia los elementos de la experiencia, que, recordemos, son los agregados. Aquella identificación y apego, y las consecuencias que producen, son lo que llamamos 'samsara'.
Cuando se alcanza el arahantado, aquella tendencia al apego hacia los elementos de la experiencia (con los agregados) cesa. Y la forma de frenar ese apego es mediante el cese del anhelo. De ese punto en adelante, ya no hay más impresión de un "ser" esencial, ni tampoco se continua hacia el futuro la cadena causal de tendencias al apego. Por eso, la pregunta de "a dónde va el Buddha después de la muerte" deja de tener sentido alguno.
En definitiva, el samsara (los modos de interpretación de la experiencia) continúa hasta que se corten sus factores (es decir, hasta que eliminen las condiciones que hacen que esa interpretación y su potencial a surgir sigan vigentes).
No sé si esto aporta algo útil a la reflexión.
Cualquier feedback que puedan hacer, lo recibiré con gusto.
Saludos!