Tras el logro del kenshō, uno, finalmente, "ve las cosas tal y como son", y estaría tentado de creer que "tal y como son" significa "sin conceptualización." (que también podría significar, por ejemplo, "sin apego" o "sin juicios de valor" que, al fin y al cabo, solo son diferencias de matices). Uno estaría tentado de decir: "confundes una rama con una serpiente porque la conceptualización se mete en medio", como si la conceptualización actuase tan solo para distorsionar la percepción real. No es así. Ver, correctamente, una forma marrón como una rama supone tanta actividad conceptual como el ver erróneamente una forma marrón como una serpiente. La percepción sensorial tiene sentido o significado solo porque un concepto la ha organizado previamente, dotándola de significado. Es una cuestión secundaria si tal concepto fue aplicado correcta o incorrectamente. Incluso el auténtico "ver las cosas tal y como son", surge tras la conceptualización, no antes. Esto quiere decir que "ver las cosas tal y como son" es una variación de, no una alternativa a, ver las cosas como el pensamiento y el lenguaje las condicionan. Llevándolo al extremo se podría decir que, si la actividad conceptual fuera sustraída de la experiencia, entonces, lo que permaneciera allí carecería de significado, ni siquiera podría calificarse como "experiencia".
[N. del t.]: El subrayado es mío.
Continuará...