El texto continúa con las siguientes palabras:
No es posible tratar aquí por completo, lo inadecuado que resulta intentar entender el Zen bajo un prisma cartesiano, pero resulta interesante señalar que incluso la frase "experiencia de kenshō" en japonés es 
kenshō taiken, donde 
tai significa "cuerpo." Del mismo modo, un sinónimo para kenshō en los monasterios Rinzai es el término 
taitoku, literalmente "alcanzar el cuerpo."19 Aquí tenemos una evidencia a simple vista 
de que la "experiencia" no es una cuestión de mera conciencia, sino de una actividad encarnada. Desafortunadamente, el término occidental "experiencia" se encuentra cada vez más asociado con estados mentales personales, enfatizando, exactamente, el matiz equivocado20. El punto fundamental de la incorrecta interpretación es el siguiente: desde una óptica cartesiana, la mente se encuentra separada, de manera dual, siendo distinta del cuerpo, por lo que si uno interpreta el 
kenshō bajo supuestos cartesianos, entonces entiendo que el kenshō es un estado de pura conciencia, separado y distinto del cuerpo y de la conducta. Pero si uno entiende kenshō como la no-dualidad entre sujeto y objeto, entonces el kenshō debe ser realizado de alguna forma corporal (se verá más adelante) y, por lo tanto, un concepto como 
kyōgai, que no es ni completamente cuerpo ni completamente mente, no solo será posible, sino que resultará necesario.
El kenshō tal y como es entendido en la práctica Rinzai es, 
al mismo tiempo, más prosaico y más misterioso que el despertar descrito como un estado homogéneo de pura conciencia. Por un lado, es más prosaico y cotidiano, ya que en el kenshō, en contextos concretos, hay cimas de montañas, hermanas mayores y menores, viajeros que se encuentran en el camino, persianas que se enrollan o ancianas que sirven el té, por ejemplo. Por otro lado, es mucho más misterioso, ya que el kenshō es la realización de la no-dualidad de sujeto y objeto. El curriculum completo de los kōan en la tradición Rinzai se utiliza para llevar al monje a 
la comprensión de la no-dualidad original y generalizarla en cada aspecto de la vida cotidiana. Este programa bien podría llamarse 
reacondicionamiento, ya que procede no a través de la comprensión intelectual sino por la repetición ritual del kōan. Pero bien podría llamarse, con razón, también, 
descondicionamiento, ya que lleva a la comprensión de que nuestras distinciones duales cotidianas, hasta entonces entendidas como absolutas, no lo son.
19. Sasaki Jōshu Roshi decía que antes de la II Guerra Mundial, el término común para despertar en los monasterios era 
taitoku, pero tras la guerra, debido a los textos de D. T. Suzuki y Kitarō Nishida, la generación más joven de roshis comenzó a utilizar la expresión 
junsui keiken "experiencia pura." (Sasaki Jōshu, charla personal, 23 dic., 1993).
20. La obra de Wayne Proudfoot "Experiencia religiosa" (Proudfoot 1985) analiza la manera 
en que el término "experiencia" ha tenido un uso ideológico en defensa de determinadas posiciones religiosas. Ver el debate a este respecto en Sharf, 1995.
Comentario: Como puede verse en este fragmento, en el Zen, pero, también, en el resto de tradiciones budistas, la experiencia mística o religiosa, 
jamás ha estado en el centro de la práctica, ocupando una posición fundamental. Su aparición, en una u otra tradición, o mejor, en manos de unos u otros practicantes en según qué épocas, lugares y culturas, encuentra su sentido como medio hábil, como puede verse, en este sentido, en el Sutra del Loto, en la parábola de la ciudad fantasma. Este giro, esta inversión entre lo contingente y lo necesario, por así decir, que se da en el Zen - y en otras tradiciones budistas -, a partir del s. XX (para consultar literatura a este respecto, puede verse la nota 20), tiene raíces históricas e idiosincráticas, que marcan profundamente la implantación y el desarrollo de las distintas prácticas budistas en Occidente, aún hoy, practicamente cumplido el primer cuarto del s. XXI.
 
  
  