La lectura que se le hace a la persona que muere difiere si es un lama o es una persona corriente. El lama necesita menos palabras. Aun así, la experiencia es la misma. ¿Qué experiencia es esa? La experiencia de la luminosidad. 
Cuando esa luz aparece al moribundo, depende de si es un lama o es una persona corriente. El lama (monje o laico, no importa) estará probablemente familiarizado con la luz, porque la habrá experimentado alguna vez durante su vida (se supone que un lama se dedica a esas cosas). Para él no hacen falta muchas instrucciones. Es como decirle, "estate atento, va a aparecer la luz". El lama ya sabe de qué luz se trata.
Al lama se le dice solamente:
«Reverendo Señor, la luminosidad fundamental va a aparecer para tí. Reconócela como tal, te lo ruego.
El lama, al oir esto, probablemente entre en la luminosidad y se deje abrazar por ella haciéndose uno con ella. Con eso, basta. 
Pero a la persona corriente, hay que ponerle sobre aviso:
Ahora la luminosidad, la clara luz de la verdad en sí, perfectamente pura, va a aparecerse a ti. Debes reconocerla 
Se da a entender que la persona corriente, sin experiencias meditativas, no conoce esa luz, y se le conmina a estar atento: Debes reconocerla, se le dice. Es necesario que la reconozca, de lo contrario, perderá su oportunidad de escapar del samsara. Pero la persona corriente puede no ser tan perspicaz, por eso se le dan instrucciones detalladas:
No está constituida por ninguna esencia, ningún color, ninguna sustancia. No tiene ninguna característica que pueda ser un punto de referencia. Es pura vacuidad. Esto es
precisamente la Verdad en Sí, es el aspecto femenino del Buda Primordial,
Samantabhadhra. 
Estas son instrucciones que se dan solamente a los tibetanos, o sea, los budistas tibetanos. Yo lo fui, y tengo algunas nociones sobre la práctica del tantra, ya que recibí iniciaciones, las practiqué durante algunos años e hice los retiros que conllevan. En ese sentido, aún soy tibetano, y lo seré siempre.
Supongo que hay un yoga de Samanthabadra, pero no creo que fuese la práctica más popular en el Tibet. La mayoría practicaba cosas mucho más simples: recitar el mantra de Chenrezig era la práctica más popular entre los tibetanos. Otros practicaría tal vez Chitamani Tara. Solo unos pocos haría el tantra de Vajrayoguini, por ejemplo. Samanthabadra parece ser una deidad más propia de los Nyingmapa. Los geluppa estaban más familiarizados con Heruka y Vajrayoguini. Mi práctica, cuando fui tibetano, fue esta deidad que es una deidad femenina. 
La práctica del tantra es doble: el estado de desarrollo (la sadhana y el mantra) y el estado de completación (meditación en la vacuidad). Los budistas zen, podría decirse que practican todos esto último, la meditación en la vacuidad. Pero la mayoría de los tibetanos practicaban el estado de desarrollo (el mantra, fundamentalmente). Solo los yoguis meditaban en la vacuidad. 
Tu espíritu no es sólo vacuidad, también es conocimiento no obstruido, luminoso, resplandeciente. 
Es femenino y masculino a un tiempo, efectivamente. Es vacuidad, pero también conocimiento no obstruido. Esto se simboliza en las tankas como un buda femenino unida a su yidam sexualmente.  
Tu espíritu, que no está constituido por nada, es, pues, por una parte, esa vacuidad, y, por otra, como lo conoce todo, es ese conocimiento.
Vacuidad y sabiduría, sería lo correcto. Todas estas explicaciones se dan porque se está en situación de comprenderlas y realizarlas de un modo inmediato. La persona que oye, si tiene un conocimiento práctico, de cuando practicó en vida, puede realizarlo de un modo inmediato ahora y liberarse. De lo contrario, tendrá que continuar en el ciclo de muerte y renacimiento.
La unión de esa vacuidad y de esa lucidez es el Cuerpo de Vacuidad, el Dharmakaya de los Budas. 
Vacuidad y lucidez (o luz): eso es el Cuerpo de la Vacuidad. No solo vacuidad. También luz. Es importante. Es un vacío luminoso o una luz que está vacía. 
Tu espíritu indisociable de la vacuidad y de la lucidez, esa gran masa luminosa, no nace ni muere.
 
No nace ni muere. Hazte uno con ella, y escapa al ciclo de muerte y renacimiento. Esa gran masa luminosa es la esencia de todo. Es la realidad última. Si el moribundo realiza esta enseñanza escapará al ciclo del samsara. La muerte es su gran oporunidad:
Es el Buda, Luz inmutable.
Y termina diciendo:
Así debes ver tú tu espíritu. Es penetrar en el espíritu del Buda.»
En una palabra: Tu eres Buda.
 
