Me da la imprensión de que en este fragmento Ama Samy confunde, o está confundido, sobre qué es zazen y cual es el sentido del zen en general.
Veamos el fragmento paso a paso:
“Me gustaría recomendar “la contemplación de la naturaleza” como parte del zazen.
Durante zazen no "contemplamos" nada, ni rechazamos nada, estamos simplemente sentados y, cuando un pensamiento aparece, dejamos que desaparezca... cómo? Volviendo al estar sentados, a la forma en la que estamos sentados, pues, probablemente, el proceso de pensar haya modificado esa forma. Zazen es una hacer con el cuerpo, y con la mente de lo que se trata es de no hacer nada.
Con mucha frecuencia, el zazen se hace dentro de un recinto cerrado, separado de la naturaleza y del entorno más inmediato; incluso al sentarse al aire libre, cerramos los sentidos o nos concentramos en nosotros al margen del entorno.
Da igual dónde se haga zazen. Un lugar a propósito facilita menos distracciones, pero zazen no es un aislarse de nada, el entorno, el universo entero, está siempre ahí: no nos ocupamos de él, pero tampoco lo rechazamos. El sonido del viento, un coche que pasa, la temperatura, la luz, los olores, todo está ahí, y ahí lo dejamos, todo se ocupa muy bien de su funcionamiento sin nuestra intervención.
Yasutani Hakuun dice en algún lugar que la persona zen no se detiene a contemplar la naturaleza; o camina o trabaja.
No perdería mucho el tiempo ocupándome de lo que dice alguien que ha confundido en budismo con el militarismo japonés y con la búsqueda de la "excelencia", del "destacar" , del "ser otra cosa de lo que se es", etc... ni aunque sea bajo la retorica de la vacuidad. Retorica que, en Extremo Oriente, con frecuencia describe un vacío que, en realidad, está demasiado lleno.
Encuentro que a ese zen activista le falta algo de alma y espíritu. Es muy útil, durante los sesshins, disponer de tiempo para sentarse en el exterior, al aire libre. El alma se nutre con esa contemplación que es, en cierto modo, el canto de los sutras de las montañas, de los ríos y del universo entero.
En zen no es una militancia, es una elección libre. Cualquier camino espiritual, si no es una elección absolutamente libre, es otra cosa, una prueba, una práctica de endurecimiento, una búsqueda de la excelencia...
Puede haber tiempos para una cosa y para la otra, pero mejor no confundir una cosa con la otra. Cada cosa tiene su sitio.
Por lo demás, hay quien encontrará difícil sentarse sin moverse. Para esas personas, tal vez sea bueno dar un paseo contemplativo por los campos y los bosques”.
En los retiros en los que he participado a lo largo de décadas, siempre ha habido espacios de tiempo en los que uno podía "pasear por la naturaleza". 
En los que yo he sido responsable de establecer el programa, bien para realizarlos solo, bien por compartirlos con otros, siempre he destinado una hora diaria para pasear por la naturaleza (si es que esta estaba a mano). Eso no tiene que ver con los tiempos en los que se hace zazen, en los que toca es hacer zazen. Cada cosa tiene su lugar. Si haces zazen, no estás cocinando (y en los retiros, y en la vida, también se come... y es importante si eres un ser humano), ni tampoco estás paseando entre pinos; cada cosa tiene su lugar y su modo apropiado, lo mejor es no confundirlos (no pensar en zazen cuando cocinas y no pensar en la comida, o en los pajaros, cuando estás haciendo zazen. Si no lo hace así, no estarás haciendo un buen zazen, tu cocina será distraída y, posiblemente, mala y, cuando pasees, estarás pensando en otra cosa y, si pasa un hermoso pájaro por allí, igual ni lo ves.
No es tan difícil.
Respecto a la dificultad "física" de sentarse durante horas... ciertamente es difícil. Uno ha de saber en lo que se mete, y si no le interesa, si no está suficientemente decidido a meterse en algo, mejor que no lo haga. Esto será siempre mejor que confundir las churras con las merinas... o dicho de otra manera, confundir en qué consiste el practicar el espíritu con el distraerse con lo que ese practicar podría ser (un tiempo verbal subjuntivo, que indica la posibilidad, el deseo, la esperanza, no la realidad).
 
  
  