Ananda, comprendo tu reflexión y no muestro desacuerdo.
La ira y el deseo en una media u otra están presentes en la persona, sea bhikkhu o no, y según comprendo tales venenos se abandonan por completo con la obtención del fruto por parte del anagami.
Entonces, en mi opinión, ante una agresión física, como en el caso del Vinaya, entiendo que un bhikkhu con atención y comprensión presente pueda actuar así en defensa propia y que su estado mental pueda ser hábil y no repercuta en resultado o contribución kámmica futura, porque a ese momento presente la acción (kamma) está bajo la intención exclusivamente de defenderse y no responder atacando.
Evidentemente, habrá por el contrario, quien actúe y responda con ira en un gran porcentaje. Sería por eso por lo que el Buddha elaboró esa regla.
Yo entiendo que llevar a la práctica el símil del serrucho debe ser difícil llevar a cabo con relativa ecuanimidad ante el lenguaje hiriente, insultante, cuanto más ante una agresión violenta en extremo, porque el cultivo de los Cuatro Brahmaviharas es una práctica avanzada.
Sí no me confundo de lo estudiado, de los símiles posteriores, creo que el siguiente tiene relación con el temple de un arahant:
[18] {231} “Imaginad, monjes, una bolsa de cuero del gato, frotada, muy bien frotada, exhaustivamente frotada, suave, sedosa, libre de crujidos, libre de chicharrones y a un hombre que viniese con una barra o con un caso, diciendo: ‘He aquí que esta bolsa de cuero del gato, frotada, muy bien frotada, exhaustivamente frotada, suave, sedosa, libre de crujidos, libre de chicharrones, la voy convertir en una bolsa crujida y crepitada’. ¿Qué pensáis monjes, podría este hombre convertir una bolsa que era de cuero del gato, frotada, muy bien frotada, exhaustivamente frotada, suave, sedosa, libre de crujidos, libre de chicharrones, en una que fuera crujida y crepitada?” “No, venerable señor? ¿Y por qué no? Porque el cuero de gato, cuando es frotado, muy bien frotado, exhaustivamente frotado, llega a ser suave, sedoso, libre de crujidos, libre de chicharrones y no es fácil convertirlo en crujido y crepitado a través de una barra o un casco. Finalmente, este hombre sólo podría cosechar hastío y desilusión”.
MN 21Kakacupama Sutta – El símil del serrucho.
Eso no lo he leído en el Vinaya, era exclusivamente mi subjetiva opinión.Adicionalmente propinar un golpe con la intención de hacer perder la conciencia a un adversario…puede tener nefastas consecuencias para él.
Y sí, aunque no he recurrido por el momento a ello, no he sentido la necesidad hasta ahora. Cierto que puede tener nefastas consecuencias.
Sin lugar a dudas.
Pero sin duda, la intención - la vara mental - es un factor decisivo.
con mettā