Bueno, creo que los suttas que ayer subió Brian no dejan lugar a dudas respecto a la práctica del bhikkhu theravada. Como complemento dejo un texto de Buddhadasa Bhikkhu que ya comentamos en el foro, en el que nos recomienda una primera manera con la cual se corta el proceso justo en el momento del contacto. Pero debido a que eso requiere de una atención constante que la gente común no podemos mantener, entonces recomienda también un segundo método para cuando eso no es posible. Adicionalmente copio el AN 9,41 Tapussa Sutta.
► Mostrar Spoiler
Cuando hay contacto con las formas, sonidos, olores, sabores, o cualquier cosa con las puertas sensoriales, a ese contacto se le llama en Pali "phassa". Este phassa se desarrolla hacia vedana (sensación). Vedana se desarrolla hacia tanha (aferramiento). Tanha se desarrolla hacia upadana (apego). Upadana se desarrolla hacia bhava (llegar a ser). Bhava se desarrolla hacia jati (el nacimiento), y siguiendo al nacimiento existe el sufrimiento de la vejez, enfermedad y muerte, que son dukkha.
Por favor, observa que tan pronto como hay contacto con un objeto sensorial entonces hay phassa, y que al desarrollo siguiente desde phasa hacia vedana, tanha y los demás, a eso se le llama Paticcasamuppada (origen dependiente). Es decir, es el proceso por el cual varias cosas, existiendo en dependencia de una cosa, condicionan el surgimiento de otra cosa, la cual a su vez condiciona el surgimiento de otra cosa, y así se repite. A este proceso o estado se le llama Patticcasamuppada. Es un surgimiento dependiente sin una individualidad o un "mi" que se pueda encontrar; simplemente es dependencia seguida de surgimiento.
La manera de usar todo esto, es no permitir que el surgimiento dependiente tenga lugar; cortándolo justo en el momento del contacto sensorial, no permitiendo el desarrollo de vedana, no permitiendo que surjan sensaciones de satisfacción o insatisfacción. Cuando no hay producción de vedana, entonces no hay nacimiento del aferramiento y el apego que son el "Yo" y el "mío". Justo ahí no hay lugar para el surgir del "Yo" y el "mío" en esa atención consciente que discierne.
Otro método: para la persona media, resulta extremadamente difícil prevenir que phassa se desarrolle hacia vedana. Tan pronto como hay contacto sensorial, los sentimientos de insatisfacción o insatisfacción se siguen inmediatamente. Esto no cesa en phassa porque nunca ha existido entrenamiento en el Dhamma. Pero hay todavía una manera de salvarse a sí mismo; esto es, cuando vedana ya se ha desarrollado, cuando ya hay sentimiento de satisfacción e insatisfacción, para cesar eso allí mismo:
Deja al sentimiento permanecer como mero sentimiento y que pase de largo. No permitas que vaya y se vuelva en tanha, queriendo esto y eso en respuesta a la satisfacción o insatisfacción. Porque si hay satisfacción, entonces habrá deseo, aferramiento, indulgencia, posesividad, envidia, etc... de manera consecuente. Y si hay insatisfacción, entonces existe el deseo de golpear hasta la muerte, de devastación, de asesinar. Si existen esta clase de deseos en la mente, significa que vedana ya se ha desarrollado en tanha. Si es así, entonces deberás sufrir la enfermedad espiritual de Dukkha y nadie podrá ayudarte. Todos los dioses juntos no pueden ayudar. El Buda dijo que incluso Él no podía ayudar. Él no tiene poder sobre las leyes de la naturaleza. El es meramente quien las revela para que otros puedan practicar de acuerdo a ellas. Si se practica erróneamente se tendrá Dukkha. Si no se practica correctamente se tendrá Dukkha. Así se dice que si vedana se ha desarrollado en tanha entonces nadie puede ayudar. Tan pronto como cualquier forma de aferramiento ha surgido, habrá Dukkha de manera inevitable." ** Del libro "Heart-Wood From The Bo Tree".
AN 9,41 Tapussa Sutta
He escuchado que en una ocasión el Bienaventurado estaba morando entre los mallanos cerca de su ciudad de nombre Uruvelakappa. Entonces, por la mañana temprano el Bienaventurado se vistió y, llevando su cuenco para mendigar la comida y la ropa exterior, se fue a Uruvelakappa a pedir limosnas de comida. Al retornar de su habitual ronda de mendigar la comida, después de comer, dijo al Venerable Ananda: “Quédate aquí, Ananda, mientras voy al Gran Bosque para morar ahí durante el día”.
“Sí, venerable señor”, respondió el Venerable Ananda. Entonces, el Bienaventurado entró al Gran Bosque y se sentó debajo de un árbol para morar ahí durante el día.
En esta ocasión, el hombre laico de nombre Tapussa se fue junto al Venerable Ananda y, al llegar, lo saludó respetuosamente y se sentó a un lado. Una vez sentado, dijo al Venerable Ananda: “Venerable Ananda, nosotros los hombres laicos nos complacemos en la sensualidad, nos deleitamos en la sensualidad, gozamos de la sensualidad y disfrutamos de la sensualidad. Para nosotros –que nos complacemos en la sensualidad, nos deleitamos en la sensualidad, gozamos de la sensualidad y disfrutamos de la sensualidad- el renunciamiento nos parece un total desprendimiento. He oído que en este Dhamma y Disciplina, el corazón, inclusive de los bhikkhus jóvenes, se inclina hacia el renunciamiento y crece por eso en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Y es justamente aquí, venerable señor, donde este Dhamma y Disciplina de los bhikkhus es muy opuesto a [las costumbres de] la gran masa de la gente: en el tema del renunciamiento.”
“Éste realmente es un tópico de conversación, hombre laico. Vayamos a ver al Bienaventurado. Acerquémonos a él y, al llegar, expongámosle este tema. De modo que él nos lo explique y así lo mantendremos en la mente”.
“Muy bien, venerable señor”, respondió el hombre laico Tapussa al Venerable Ananda.
Entonces, el Venerable Ananda y el hombre laico Tapussa se fueron junto al Bienaventurado y, al llegar, le rindieron homenaje y se sentaron a un lado. Una vez sentados allí, el Venerable Ananda dijo el Bienaventurado: “Venerable señor, he aquí que el hombre laico Tapussa me dijo esto: ‘Venerable Ananda, nosotros los hombres laicos nos complacemos en la sensualidad, nos deleitamos en la sensualidad, gozamos de la sensualidad y disfrutamos de la sensualidad. Para nosotros –que nos complacemos en la sensualidad, nos deleitamos en la sensualidad, gozamos de la sensualidad y disfrutamos de la sensualidad- el renunciamiento nos parece un total desprendimiento. He oído que en este Dhamma y Disciplina, el corazón, inclusive de los bhikkhus jóvenes, se inclina hacia el renunciamiento y crece por eso en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Y es justamente aquí, venerable señor, dónde este Dhamma y Disciplina de los bhikkhus es opuesto a [las costumbres de] la gran masa de la gente: en el renunciamiento.’”
“Esto es así, Ananda, esto es realmente así. Hasta yo mismo, antes de mi Despertar, cuando aún era un no iluminado plenamente Bodhisatta, pensaba: ‘El renunciamiento es bueno. El retiro es bueno.’ Pero mi corazón no se inclinaba hacia el renunciamiento y, por eso, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Entonces, este pensamiento se me ocurrió: ‘¿Cuál es la causa, cuál es la razón, por la cual mi corazón no se inclina hacia el renunciamiento y, por ello, no crece en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz?’ Y se me ocurrió esto: ‘Yo no había visto la desventaja de los placeres sensuales; no había seguido la pista [de este tema]. No había entendido la gratificación del renunciamiento ni me había familiarizado con él. Es por ello que mi corazón no se inclinaba hacia el renunciamiento y, en consecuencia, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Entonces, Ananda, este pensamiento se me ocurrió: ‘Si yo, habiendo visto la desventaja de los placeres sensuales, siguiera la pista de este tema y si, habiendo entendido la gratificación del renunciamiento, me familiarizara con él, entonces sería posible que mi corazón se inclinara hacia el renunciamiento y, en consecuencia, creciera en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Así que, más tarde, habiendo visto la desventaja de los placeres sensuales, seguí la pista de este tema y, habiendo entendido la gratificación del renunciamiento, me familiaricé con él. En consecuencia, mi corazón se inclinó hacia el renunciamiento y, por eso, creció en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Entonces, separado de los placeres sensuales, separado de los perjudiciales estados mentales, entré y permanecí en el primer jhana: el éxtasis y la felicidad nacidos del retiro, acompañados por el pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido.
“Al permanecer ahí, mi atención estaba obstruida aún con las percepciones ligadas a la sensualidad. Esto provocó una aflicción en mí. Así como el dolor o la aflicción surgen a veces en una persona saludable, así surgía en mí la aflicción, cuando mi atención se veía obstruida con las percepciones ligadas a la sensualidad.
“Entonces, Ananda, este pensamiento se me ocurrió: ‘Sería bueno que, con la desaparición del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido, entrara y permaneciera en el segundo jhana: el éxtasis y la felicidad nacidos de la concentración, la unificación mental y la tranquilidad interior, libre del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido.’ Pero mi corazón no se inclinaba a estar sin el pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido y, por eso, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Y yo pensé: ‘¿Cuál es la causa, cuál es la razón, por la cual mi corazón no se inclina a estar sin el pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido, y, por eso, no crece en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz?’ Y se me ocurrió esto: ‘Yo no había visto la desventaja del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido; no había seguido la pista de este tema. No había entendido la gratificación de la ausencia del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido ni me había familiarizado con esto. Es por eso que mi corazón no se inclinaba a estar sin el pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido y, en consecuencia, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Entonces, este pensamiento se me ocurrió: ‘Si yo, habiendo visto la desventaja del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido, siguiera la pista de este tema y si, habiendo entendido la gratificación de la ausencia del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido, me familiarizara con él, entonces sería posible que mi corazón se inclinara hacia la ausencia del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido y, en consecuencia, creciera en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Así que, más tarde, habiendo visto la desventaja del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido, seguí la pista de este tema y, habiendo entendido la gratificación de la ausencia del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido, me familiaricé con ello. En consecuencia, mi corazón se inclinó hacia la ausencia del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido y, por eso, creció en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Entonces, con la desaparición del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido, entré y permanecí en el segundo jhana: el éxtasis y la felicidad nacidos de la concentración, unificación mental y tranquilidad interior, libre del pensamiento aplicado y el pensamiento sostenido.
“Al permanecer ahí, mi atención estaba obstruida aún con las percepciones ligadas al pensamiento aplicado. Esto provocó una aflicción en mí. Así como el dolor o la aflicción surgen a veces en una persona saludable, así surgía en mí la aflicción, cuando mi atención se veía obstruida con las percepciones ligadas al pensamiento aplicado.
“Entonces, Ananda, este pensamiento se me ocurrió: ‘Sería bueno que, con la desaparición del éxtasis, morara con la desapasionada ecuanimidad, atentamente consciente y con clara comprensión, experimentando corporalmente la felicidad, y así entrara y permaneciera en el tercer jhana, del cual los Nobles declararon: «Ecuánime y atentamente consciente, él permanece feliz en una morada apacible».’ Pero mi corazón no se inclinaba a estar sin el éxtasis y, por eso, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Y yo pensé: ‘¿Cuál es la causa, cuál es la razón, por la cual mi corazón no se inclina a estar sin el éxtasis y, por eso, no crece en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz?’ Y se me ocurrió esto: ‘Yo no había visto la desventaja del éxtasis; no había seguido la pista de este tema. No había entendido la gratificación de la ausencia del éxtasis ni me había familiarizado con esto. Es por eso que mi corazón no se inclinaba a estar sin el éxtasis y, en consecuencia, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Entonces, este pensamiento se me ocurrió: ‘Si yo, habiendo visto la desventaja del éxtasis, siguiera la pista de este tema y si, habiendo entendido la gratificación de la ausencia del éxtasis, me familiarizara con esto, entonces sería posible que mi corazón se inclinara hacia la ausencia del éxtasis y, en consecuencia, creciera en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Así que, más tarde, habiendo visto la desventaja del éxtasis, seguí la pista de este tema y, habiendo entendido la gratificación de la ausencia del éxtasis, me familiaricé con ello. En consecuencia, mi corazón se inclinó hacia la ausencia del éxtasis y, por eso, creció en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Entonces, con la desaparición del éxtasis, moré con la desapasionada ecuanimidad, atentamente consciente y con clara comprensión, experimentando corporalmente la felicidad, y así entré y permanecí en el tercer jhana, del cual los Nobles declararon: ‘Ecuánime y atentamente consciente, él permanece feliz en una morada apacible’.
“Al permanecer ahí, mi atención estaba obstruida aún con las percepciones ligadas al éxtasis. Esto provocó una aflicción en mí. Así como el dolor o la aflicción surgen a veces en una persona saludable, así surgía en mí la aflicción, cuando mi atención se veía obstruida con las percepciones ligadas al éxtasis.
“Entonces, Ananda, este pensamiento se me ocurrió: ‘Sería bueno que, con el abandono, tanto de la felicidad como del dolor, y con la previa desaparición de lo placentero y lo penoso, entrara y permaneciera en el cuarto jhana: en la morada apacible de la ecuanimidad y atención consciente purificadas, sin felicidad ni dolor’. Pero mi corazón no se inclinaba a estar sin la felicidad y, por eso, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Y yo pensé: ‘¿Cuál es la causa, cuál es la razón, por la cual mi corazón no se inclina a estar sin la felicidad y, por eso, no crece en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz?’ Y se me ocurrió esto: ‘Yo no había visto la desventaja de la felicidad; no había seguido la pista de este tema. No había entendido la gratificación de la ausencia de la felicidad ni me había familiarizado con esto. Es por eso que mi corazón no se inclinaba a estar sin la felicidad y, en consecuencia, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Entonces, este pensamiento se me ocurrió: ‘Si yo, habiendo visto la desventaja de la felicidad, siguiera la pista de este tema y si, habiendo entendido la gratificación de la ausencia de la felicidad, me familiarizara con esto, entonces sería posible que mi corazón se inclinara hacia la ausencia de la felicidad y, en consecuencia, creciera en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Así que, más tarde, habiendo visto la desventaja de la felicidad, seguí la pista de este tema y, habiendo entendido la gratificación de la ausencia de la felicidad, me familiaricé con ello. En consecuencia, mi corazón se inclinó hacia la ausencia de la felicidad y, por eso, creció en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Entonces, con el abandono, tanto de la felicidad como del dolor, y con la previa desaparición de lo placentero y lo penoso, entré y permanecí en el cuarto jhana: en la morada apacible de la ecuanimidad y atención consciente purificadas, sin felicidad ni dolor.
“Al permanecer ahí, mi atención estaba obstruida aún con las percepciones ligadas a la ecuanimidad. Esto provocó una aflicción en mí. Así como el dolor o la aflicción surgen a veces en una persona saludable, así surgía en mí la aflicción, cuando mi atención se veía obstruida con las percepciones ligadas a la ecuanimidad.
“Entonces, Ananda, este pensamiento se me ocurrió: ‘Sería bueno que, trascendiendo totalmente la percepción de las formas, con la desaparición de la percepción de la resistencia, no atendiendo a la diversidad y pensando «el espacio infinito», entrara y permaneciera en la esfera del espacio infinito.’ Pero mi corazón no se inclinaba hacia la esfera del espacio infinito y, por eso, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Y yo pensé: ‘¿Cuál es la causa, cuál es la razón, por la cual mi corazón no se inclina hacia la esfera del espacio infinito y, por eso, no crece en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz?’ Y se me ocurrió esto: ‘Yo no había visto la desventaja de las formas; no había seguido la pista de este tema. No había entendido la gratificación de la esfera del espacio infinito ni me había familiarizado con ella. Es por eso que mi corazón no se inclinaba hacia la esfera del espacio infinito y, en consecuencia, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Entonces, este pensamiento se me ocurrió: ‘Si yo, habiendo visto la desventaja de las formas, siguiera la pista de este tema y si, habiendo entendido la gratificación de la esfera del espacio infinito, me familiarizara con ella, entonces sería posible que mi corazón se inclinara hacia la esfera del espacio infinito y, en consecuencia, creciera en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Así que, más tarde, habiendo visto la desventaja de las formas, seguí la pista de este tema y, habiendo entendido la gratificación de la esfera del espacio infinito, me familiaricé con ella. En consecuencia, mi corazón se inclinó hacia la esfera del espacio infinito y, por eso, creció en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Entonces, trascendiendo totalmente la percepción de las formas, con la desaparición de la percepción de la resistencia, no atendiendo a la diversidad y pensando «el espacio infinito», entré y permanecí en la esfera del espacio infinito.
“Al permanecer ahí, mi atención estaba obstruida aún con las percepciones ligadas a las formas. Esto provocó una aflicción en mí. Así como el dolor o la aflicción surgen a veces en una persona saludable, así surgía en mí la aflicción, cuando mi atención se veía obstruida con las percepciones ligadas a las formas.
“Entonces, Ananda, este pensamiento se me ocurrió: ‘Sería bueno que, trascendiendo totalmente la esfera del espacio infinito, pensando: «la conciencia infinita», entrara y permaneciera en la esfera de la conciencia infinita.’ Pero mi corazón no se inclinaba hacia la esfera de la conciencia infinita y, por eso, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Y yo pensé: ‘¿Cuál es la causa, cuál es la razón, por la cual mi corazón no se inclina hacia la esfera de la conciencia infinita y, por eso, no crece en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz?’ Y se me ocurrió esto: ‘Yo no había visto la desventaja de la esfera del espacio infinito; no había seguido la pista de este tema. No había entendido la gratificación de la esfera de la conciencia infinita ni me había familiarizado con ella. Es por eso que mi corazón no se inclinaba hacia la esfera de la conciencia infinita y, en consecuencia, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Entonces, este pensamiento se me ocurrió: ‘Si yo, habiendo visto la desventaja de la esfera del espacio infinito, siguiera la pista de este tema y si, habiendo entendido la gratificación de la esfera de la conciencia infinita, me familiarizara con ella, entonces sería posible que mi corazón se inclinara hacia la esfera de la conciencia infinita y, en consecuencia, creciera en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Así que, más tarde, habiendo visto la desventaja de la esfera del espacio infinito, seguí la pista de este tema y, habiendo entendido la gratificación la esfera de la conciencia infinita, me familiaricé con ella. En consecuencia, mi corazón se inclinó hacia la esfera de la conciencia infinita y, por eso, creció en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Entonces, trascendiendo totalmente la esfera del espacio infinito, pensando: «la conciencia infinita», entré y permanecí en la esfera de la conciencia infinita.
“Al permanecer ahí, mi atención estaba obstruida aún con las percepciones ligadas a la esfera del espacio infinito. Esto provocó una aflicción en mí. Así como el dolor o la aflicción surgen a veces en una persona saludable, así surgía en mí la aflicción, cuando mi atención se veía obstruida con las percepciones ligadas a la esfera del espacio infinito.
“Entonces, Ananda, este pensamiento se me ocurrió: ‘Sería bueno que, trascendiendo totalmente la esfera de la conciencia infinita, pensando: «he aquí no hay nada», entrara y permaneciera en la esfera de la nada.’ Pero mi corazón no se inclinaba hacia la esfera de la nada y, por eso, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Y yo pensé: ‘¿Cuál es la causa, cuál es la razón, por la cual mi corazón no se inclina hacia la esfera de la nada y, por eso, no crece en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz?’ Y se me ocurrió esto: ‘Yo no había visto la desventaja de la esfera de la conciencia infinita; no había seguido la pista de este tema. No había entendido la gratificación de la esfera de la nada ni me había familiarizado con ella. Es por eso que mi corazón no se inclinaba hacia la esfera de la nada y, en consecuencia, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Entonces, este pensamiento se me ocurrió: ‘Si yo, habiendo visto la desventaja de la esfera de la conciencia infinita, siguiera la pista de este tema y si, habiendo entendido la gratificación de la esfera de la nada, me familiarizara con ella, entonces sería posible que mi corazón se inclinara hacia la esfera de la nada y, en consecuencia, creciera en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Así que, más tarde, habiendo visto la desventaja de la esfera de la conciencia infinita, seguí la pista de este tema y, habiendo entendido la gratificación la esfera de la nada, me familiaricé con ella. En consecuencia, mi corazón se inclinó hacia la esfera de la nada y, por eso, creció en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Entonces, trascendiendo totalmente la esfera de la conciencia infinita, pensando: «he aquí no hay nada», entré y permanecí en la esfera de la nada.
“Al permanecer ahí, mi atención estaba obstruida aún con las percepciones ligadas a la esfera de la conciencia infinita. Esto provocó una aflicción en mí. Así como el dolor o la aflicción surgen a veces en una persona saludable, así surgía en mí la aflicción, cuando mi atención se veía obstruida con las percepciones ligadas a la esfera de la conciencia infinita.
“Entonces, Ananda, este pensamiento se me ocurrió: ‘Sería bueno que, trascendiendo totalmente la esfera de la nada, entrara y permaneciera en la esfera de la ni percepción ni la no-percepción.’ Pero mi corazón no se inclinaba hacia la esfera de la ni percepción ni la no-percepción y, por eso, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Y yo pensé: ‘¿Cuál es la causa, cuál es la razón, por la cual mi corazón no se inclina hacia la esfera de la ni percepción ni la no-percepción y, por eso, no crece en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz?’ Y se me ocurrió esto: ‘Yo no había visto la desventaja de la esfera de la nada; no había seguido la pista de este tema. No había entendido la gratificación de la esfera de la ni percepción ni la no-percepción ni me había familiarizado con ella. Es por eso que mi corazón no se inclinaba hacia la esfera de la ni percepción ni la no-percepción y, en consecuencia, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Entonces, este pensamiento se me ocurrió: ‘Si yo, habiendo visto la desventaja de la esfera de la nada, siguiera la pista de este tema y si, habiendo entendido la gratificación de la esfera de la ni percepción ni la no-percepción, me familiarizara con ella, entonces sería posible que mi corazón se inclinara hacia la esfera de la ni percepción ni la no-percepción y, en consecuencia, creciera en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Así que, más tarde, habiendo visto la desventaja de la esfera de la nada, seguí la pista de este tema y, habiendo entendido la gratificación la esfera de la ni percepción ni la no-percepción, me familiaricé con ella. En consecuencia, mi corazón se inclinó hacia la esfera de la ni percepción ni la no-percepción y, por eso, creció en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Entonces, trascendiendo totalmente la esfera de la nada, entré y permanecí en la esfera de la ni percepción ni la no-percepción.
“Al permanecer ahí, mi atención estaba obstruida aún con las percepciones ligadas a la esfera de la nada. Esto provocó una aflicción en mí. Así como el dolor o la aflicción surgen a veces en una persona saludable, así surgía en mí la aflicción, cuando mi atención se veía obstruida con las percepciones ligadas a la esfera de la nada.
“Entonces, Ananda, este pensamiento se me ocurrió: ‘Sería bueno que, trascendiendo totalmente la esfera de la ni percepción ni la no-percepción, entrara y permaneciera en el cese de la percepción y la sensación.’ Pero mi corazón no se inclinaba hacia el cese de la percepción y la sensación y, por eso, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Y yo pensé: ‘¿Cuál es la causa, cuál es la razón, por la cual mi corazón no se inclina hacia el cese de la percepción y la sensación y, por eso, no crece en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz?’ Y se me ocurrió esto: ‘Yo no había visto la desventaja de la esfera de la ni percepción ni la no-percepción; no había seguido la pista de este tema. No había entendido la gratificación del cese de la percepción y la sensación ni me había familiarizado con él. Es por eso que mi corazón no se inclinaba hacia el cese de la percepción y la sensación y, en consecuencia, no crecía en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Entonces, este pensamiento se me ocurrió: ‘Si yo, habiendo visto la desventaja de la esfera de la ni percepción ni la no percepción, siguiera la pista de este tema y si, habiendo entendido la gratificación de la esfera del cese de la percepción y la sensación, me familiarizara con él, entonces sería posible que mi corazón se inclinara hacia la esfera del cese de la percepción y la sensación y, en consecuencia, creciera en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz.’
“Así que, más tarde, habiendo visto la desventaja de la esfera de la ni percepción ni la no percepción, seguí la pista de este tema y, habiendo entendido la gratificación la esfera del cese de la percepción y la sensación, me familiaricé con él. En consecuencia, mi corazón se inclinó hacia el cese de la percepción y la sensación y, por eso, creció en confianza, calma y firmeza, viendo en eso la paz. Entonces, trascendiendo totalmente la esfera de la ni percepción ni la no-percepción, entré y permanecí en el cese de la percepción y la sensación. Y he visto con discernimiento, que las corrupciones mentales llegaron a la destrucción total.
“Ananda, mientras no llegué a alcanzar estos nueve logros ni llegué a emerger de ellos paso a paso, hacia delante y hacia atrás, no pretendí estar plenamente iluminado ni poseer este despertar perfecto, incomparable en este mundo con sus devas, Maras y Brahmas, con sus ascetas y sacerdotes, con sus realezas y gente común. Pero tan pronto, Ananda, que alcancé estos nueve logros y llegué a emerger de ellos paso a paso, declaré estar plenamente iluminado y poseer este despertar perfecto, incomparable en este mundo con sus devas, Maras y Brahmas, con sus ascetas y sacerdotes, con sus realezas y gente común. Entonces, este conocimiento y esta visión surgieron en mi: ‘Mi libertad es inquebrantable. Éste es el último nacimiento. De ahora en más, no hay futuras existencias.”