"¡Oh, vosotros que seguís la Angosta Senda, guiados por el resplandor de Tophet al Juicio Final, sed benignos cuando "los paganos" recen a Buddha en Kamakura! "
( Buddha en Kamakura )
Epígrafe del Cap. I , " KIM " (1901)
Rudyard Kipling.
			
			
	He mirado por internet y se trata de una novela pero, ¿cuál es el sentido de esa frase? ¿Quiénes son los que siguen la 'Angosta Senda'?
¿Ironía dices? Mi primer contacto con el budismo fue un libro escrito por un teólogo cristiano que en mi adolescencia me regaló un fraile cristiano estando de visita en la celda de su monasterioUpasaka escribió: ↑20 Jun 2021 03:00 De niño estando de postoperatorio bastante tiempo, una enfermera me regaló las obras completas, incluido ese libro... Mi primer contacto con el mundo oriental. Impresión de la curiosidad marcaría en adelante.
Pocos años después abandonaría el cristianismo.
Ironías de la vida...
Ananda escribió: ↑19 Jul 2020 10:14
Sucedió entonces que, por el jardín real, un día de primavera, pasó una bandada de cisnes que iban hacia el Norte en busca de sus nidos del corazón del Himalaya. Denunciando su paso con sus tiernos graznidos, las blancas y alegres aves volaban, guiadas por el amor, y Devadatta, primo del príncipe, empuñando el arco, lanzó una flecha, bien dirigida, que alcanzó las alas del primer cisne, extendidas para deslizarse por el libre espacio azul, de forma que el ave cayó herida por el dardo cruel y manchada su pluma inmaculada por la sangre que brotaba de la herida. Viendo esto el príncipe Siddartha, levantó con ternura el pájaro, lo colocó sobre su pecho, se sentó con las piernas cruzadas como lo hace el Señor Buddha, y para aplacar el miedo del animal salvaje, arregló sus alas magulladas, encalmó su corazón, le acarició dulcemente con sus manos suaves y lisas como las hojas de banano recientemente abiertas, y mientras con la izquierda sostenía el ave, con la derecha apartaba el cruel acero y aplicaba a la herida hojas frescas y miel calmante.
[Mientras tanto, Devadatta con sus servidores llegó al lugar a reclamar la presa].
Mas el Señor apoyó el cuello del cisne sobre su mejilla y contestó con gravedad:
¡Os digo que no! El pájaro está conmigo, es la primera de las miríadas de cosas que me pertenecerán por derecho de piedad y por el omnímodo poder del amor. Pues ahora sé, por lo que en mi interior se agita, que yo enseñaré a los hombres la compasión, que seré un intérprete del mundo que no habla, y haré disminuir el maldito reflujo del dolor universal.
(Extraído de la revista Sofía. Julio 1913, págs 418-419).
